Terror a medianoche

*Se suponía que ya debería haber llegado al pueblo, pero la noche había llegado hace rato y aún no lograba llegar a mi destino, el lugar comenzaba a llenarse con niebla, dificultando aun más la visión.*
-se supone que el pueblo estaba cerca, pero llevo medio día andando y no he visto nada... *Murmuré, temiendo romper el espeso silencio que me rodeaba. Entre la neblina logré ver lo que parecían unas rejas, corrí hacia ellas, esperando encontrarme, al menos, alguna casa*
-¿hola? *llamé desde la entrada* Esta abierto, voy a entrar *seguí llamando, metiéndome en el lugar, a mis espaldas las puertas se cerraron sin que yo lo notara. A medida que me adentraba, la niebla se volvía más espesa*
-creo que no se trataba de una estancia... ¿vivirá alguien aquí?
*pensé, ligeramente asustada sin detenerme, en la oscuridad, tropecé con algo y caí al suelo hiriéndome el codo*
-¿hola? *llamé por tercera vez, ligeramente asustada. Sin levantarme del suelo, miré hacia todas las direcciones, sin ver nada, a tientas me acerqué hacia el objeto con el que había tropezado, parecía una raíz. Me paré tratando de encontrarme al árbol, una vez llegué a él, me las arreglé para trepar a ciegas*
-¿donde estoy?
*no poder ver nada comenzaba a ponerme nerviosa, cuando bajé del árbol, la niebla era menos espesa y me permitía ver lo que tenia delante. Cosa que, lejos de calmarme, me puso aún más nerviosa*
-¡una tumba! *exclamé, sorprendida, descubriendo otras más* -se supone que no hay ningún cementerio cerca del pueblo.

La joven Quilava se aseguraba de que no dejaba huellas, borrandolas con las garras según avanzaba por el cementerio. El fuego de su cabeza y su trasero estaba levemente encendido, cualquiera en la niebla hubiese podido creer que era un fantasma usando Fuegos Fatuos o algo similar.

T.K se subió a una lápida, sabiendo que muy posiblemente al dueño no le importaría tal atrevimiento, y echó un vistazo rápido a su alrededor. Apenas se veía nada, pero... Movió su oreja agujereada.
- Voces. -disminuyendo la intensidad del fuego, comenzó a acercarse a ellos con sigilo.

*Hubiera jurado que nadie se adentraría en un cementerio por voluntad propia, pero ahí estaba, un Zoroarck quejándose de haberlo despertado del sueño*
ham... ¿hola?
*le dije tratando de no mostrarme demasiado sorprendida de encontrar otro pokémon*
oh... tipo siniestro... *recordé, acercándome a donde se encontraba me pareció notar una sombra acompañadada de una suave luz naranja, decidí ignorar eso y tratar de hablar con el desconocido, quizás me sacase de aquí*
disculpa, es que me perdí
*le sonreí, llevando la mano a la hoja de mi cabeza*
¿sabes como salir de aquí? por cierto, mi nombre es Green
*le mostré la mejor sonrisa que pude*

*Mientras oía todo lo que el zoroark decía, mis ojos se iban agrandando cada vez mas*
Es una broma, ¿verdad Kan?
*dije con un hilo de voz, luego recordé que mi hermano decía que no le demostrara mi miedo a desconocidos y sonreí*
Entonces, ¿debo ir por allí?
*dije señalando lo que para mi era derecha (aunque en realidad era la izquierda), antes que pudiera contestar, le agradecí e hice el intento de salir corriendo, pero, no pude avanzar mucho ya que tropecé nuevamente y caí sobre una lapida*
¿tienes una linterna? por cierto, ¿que haces aquí? digo... No es muy normal estar en un cementerio de noche

Este tipo es raro *pensé mientras oía las sencillas explicaciones * o quiere aparentar ser mas valiente de lo que es
vale... *por el rabillo del ojo capté una luz naranja, miré con mas atención y entre la niebla capte a un quilava pendiente de nuestra conversación, de momento decidí hacer de cuenta que no le había visto* entonces, ¿no tienes linterna?